Magia del Momento
Sentado a media luz en mis rodillas
con una sonrisa tenue y luminoso
como las alas de una mariposa,
reclinó en mi hombro su mejilla
quedándose inmóvil y silencioso.
Se quedó dormido entre mis brazos,
niño interior, hombre perfecto
un tiempo apasionado, luego tierno
frágil hoy con el alma hecha pedazos,
mañana con estímulos borrascosos.
No me quise mover para no despertarlo
y dejé transcurrir el tiempo lento,
con el temor de que hasta el pensamiento
pudiera, al agitarse, avivarlo
destruyendo la magia del momento.
Y así quedó, abrazado de mi cuello,
dormido en mí, sin dudas y sin prisa,
hasta su suspiro, controló la brisa
y al fin, acariciando su cabello,
deposité mis besos en su sonrisa.
Autoría: Illiod Lhim
Derechos Reservados del autor
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